El COVID-19 ha afectado a muchos sectores de mayor o menor medida, y a consecuencia muchos de ellos se han tenido que reinventarse para adaptarse a las circunstancias de la nueva normalidad.
Uno de estos sectores es la educación. Muchas escuelas y universidades han tenido que cerrar y finalizar los cursos en formato online, a través de webinars y de conferencias a través de Zoom. En Foxize, por ejemplo, debimos suspender nuestros cursos presenciales.
Educación universitaria
Ahora que empieza el nuevo curso muchas instituciones se han planteado qué hacer con sus cursos. En Estados Unidos, muchas universidades como Boston University o Cambridge están empezando a lanzar sus grados y másters completamente en formato online. Otros cómo Wellington University o Rutgers University plantean un modelo mixto o “blended”, donde se combinan el aprendizaje presencial con las clases en remoto.
En España, según el Ministerio de Universidades, ya se están ultimando todos los protocolos necesarios para el inicio de curso en las que también se seguirá un modelo mixto, mezcla entre actividades presenciales y en remoto.
Pero esto no debería ser una novedad para nosotros. El aprendizaje en línea siempre ha estado presente en todo el mundo antes de la pandemia. En España existen media docena de universidades 100% online, como la UOC o la Universidad Internacional de La Rioja, y la mayoría de universidades públicas y privadas ofrecen grados y postgrados en línea. De hecho, en el año 2019, 2,5 millones de españoles realizaron algún tipo de curso online.
El negocio del elearning
La formación no forma parte exclusivamente de las instituciones educativas públicas. El sector privado del elearning también se ha visto afectado. Según Business Insider, a lo largo de este verano varias startups educativas españolas han cerrado nuevas rondas de financiación y, a nivel mundial, la inversión en las EdTech ha alcanzado los 3.500 millones de dólares entre enero y julio de 2020.
Elearning Guild, gran comunidad de profesionales de la formación de habla inglesa, realizó una encuesta entre sus miembros para analizar cómo había afectado el coronavirus a sus empresas. El resultado fue un cambio claro, un 86% respondieron que transformaron sus cursos y formaciones del formato presencial al formato online.
El Portal Europeo de Datos remarca la importancia de asociaciones entre la educación pública y el sector privado en un futuro, algo que ya se ha desarrollado en los últimos años, pero que la pandemia fortalecerá estos lazos (Zoom es un claro ejemplo de esta cooperación entre sectores por el bien de la educación.)
El negocio del elearning ha crecido entorno el 8-10% en los últimos 10 años y, según el CEO de AEFOL (organizadores de Expolearning), en el 2020 el crecimiento de este sector crecerá cerca del 30%.
La formación más allá de las universidades
Muchas personas que teletrabajan aprovechan el tiempo que se ahorran de transporte para realizar cursos online para su desarrollo personal, y las grandes empresas han decidido invertir este periodo de menos actividad para formar a sus empleados, pocas son las que todavía no lo hacen. En el informe anual de Linkedin sobre experiencias de aprendizaje en el trabajo, hay una clara tendencia en las empresas a migrar su formación presencial a la online, siendo un 57% de entrevistados los que han dedicado un mayor presupuesto a esta categoría.
Las ventajas de la formación online son muchas, tanto para los formadores como para los alumnos. Empezar tu propia escuela online requiere de una baja inversión inicial (como la que ofrece la plataforma Foxize Cloud) y el retorno que genera a la larga puede ser muy alto.
Además, la formación online permite, por un lado ofrecer una formación asíncrona a través de cápsulas de vídeos accesibles cuando y donde quiera el alumno, permitiéndole autogestionar su propio aprendizaje.
Según este artículo de World Economic Forum, el aprendizaje en línea requiere de un 40-60% menos de tiempo de dedicación para aprender que su contrapartida presencial, ya que los alumnos pueden aprender a su propio ritmo, ver los vídeos tantas veces como sea necesarias o progresar en los conceptos que ya conozcan, una de las muchas ventajas de la formación online.
Por otro lado, la formación síncrona online a través de webianars o seminarios webs permite trasladar las sesiones presenciales a la red. Una de sus ventajas principales es la interactividad entre los profesores y los alumnos, y la posibilidad de resolver las dudas del temario y hacer un seguimiento.
Lo que está claro es que la formación online está permitiendo garantizar el acceso a la educación para las personas de forma continua y más flexible, mejorando así la empleabilidad de las personas para afrontar nuevos retos.